La editorial Ático de los Libros, que acostumbra a publicar fascinantes y muy documentados ensayos históricos, publica este libro, obra del catedrático emérito en el King’s College de Londres Roderick Beaton. Un viaje al origen y desarrollo de la Grecia moderna.
Óscar Herradón ©
Ático de los Libros publica la que probablemente se convertirá en la obra definitiva sobre la Grecia moderna, obra del catedrático emérito Koraes de Historia, Lengua y Literatura Griega y Bizantina en el King’s College de Londres Roderick Beaton, y que ha sido merecedora del premio Runciman (que concede cada año la Liga Anglo-Helénica al mejor libro de temática griega y que el autor ha ganado cuatro veces).
La nación griega, artífice del esplendor clásico, no tuvo un Estado propio hasta principios del siglo XIX. La revolución de 1821 no solo marcó el inicio de su independencia tras siglos de dominio otomano: encendió en Europa una oleada de entusiasmo romántico y planteó una pregunta que sigue vigente dos siglos después: qué significa ser griego en el mundo moderno. Desde entonces, Grecia ha vivido una historia intensa y compleja, marcada por grandes aspiraciones y profundas fracturas. El país de la ortodoxia y los sueños de lord Byron, de las guerras balcánicas y del exilio político, de la invasión italo-americana y la resistencia, de la junta militar y del ingreso en la Unión Europea, ha forjado una identidad propia entre la nostalgia clásica, el legado bizantino y la presión de Occidente y Turquía.
En este excepcional libro que combina erudición con múltiples anécdotas y fácil lectura a pesar de la ingente información que maneja, Beaton recorre más de dos siglos de historia con erudición y maestría narrativa. A través de gestas y derrotas, símbolos y decisiones políticas, traza el retrato vivo de un país que ha tenido que inventarse –y reinventarse– para sobrevivir. La apasionante historia de una pequeña nación que ha logrado desempeñar un papel clave en la historia política y cultural de la Europa moderna, y que hace apenas quince años vivió uno de sus momentos más delicados con la crisis de deuda soberana: Grecia entró en quiebra y pidió un rescate formal a la Unión Europea en abril de 2010; la austeridad hundió todavía más la economía helena, que meses después tuvo que pedir un nuevo rescate, con duras consecuencias: bajaron los salarios, se disparó el paro y se registró una gran fuga de depósitos y talento, quebrando muchas empresas.
Finalmente, y tras una caída del gobierno anterior, Grecia tuvo que pedir un tercer rescate, que sería el origen de un resurgimiento pero arrastrando un notable empobrecimiento, desempleo, emigración y aumento de la delincuencia; España, a pesar de haber atravesado también una fuerte crisis, participó con notables aportaciones económicas al rescate de Grecia. En 2012 sería España la que sufriría una crisis económica severa, y también hubo de pedir el rescate de la UE, y para salir de ella fueron necesarias igualmente medidas de austeridad y reformas económicas de calado que todos, al menos los de cierta edad, tenemos muy presentes.
Un breve repaso a su historia moderna
A través de las vibrantes páginas del libro de Roderick Beaton, conoceremos el pasado reciente de Grecia hasta llegar a lo que es hoy, pasando por grandes conflictos y episodios históricos clave como la guerra civil, la primera y segunda guerras mundiales, el golpe militar, etc.
Durante siglos, los griegos se conocieron a sí mismos como «romios», un nombre heredado del Imperio bizantino que reflejaba su identidad como cristianos ortodoxos dentro del mundo otomano. Sin embargo, al estallar la Revolución griega en 1821, surgió una necesidad urgente de redefinir lo que significaba ser griego en términos nacionales, no imperiales. En 1822, la Primera Asamblea Nacional adoptó oficialmente el término «helenos» para referirse a los ciudadanos del nuevo Estado en formación. Esta elección no fue casual ni meramente arqueológica, sino un acto consciente de recuperación del legado clásico, vinculándose claramente con los valores y glorias de la Antigüedad.
De la Ilustración al Reino de Grecia
En el siglo XVIII, la iglesia ortodoxa se convirtió en uno de los principales impulsores para la educación en griego, que también mejoró el aumento de la circulación de libros impresos en griego moderno. Nació también la Ilustración griega, un proceso de difusión de ideas científicas y filosóficas occidentales, pero adaptadas al contexto ortodoxo. Fue a través de la lengua como las élites griegas comenzaron a conectar el pasado antiguo helénico con la realidad contemporánea.
La Guerra de la Independencia, entre 1821 y 1830, supuso un auténtico baño de sangre, caracterizado por una violencia extrema en los dos bandos: cristianos griegos y otomanos musulmanes. Tras la guerra, la presencia musulmana en muchas regiones desapareció, con la conversión de mezquitas en iglesias y la demolición de minaretes. El conflicto se caracterizó por una rabia y violencia extremas, siendo calificado como un «descenso al salvajismo». Sus principales víctimas fueron civiles, y los asesinatos de prisioneros y rehenes fueron algo habitual. El estado otomano respondió con represalias desproporcionadas, como la aniquilación de la clase fanariota de Constantinopla entre abril y mayo de 1821, con la eliminación de las familias griegas destacadas de la ciudad, que vivían en el barrio del Fanar, y la ejecución del Patriarca Ecuménico, líder espiritual de la Iglesia ortodoxa.
En 1834, Atenas fue proclamada capital del Reino de Grecia, una decisión que desconcertó a muchos, dentro y fuera del país, porque aquella urbe entonces no tenías apenas calles pavimentadas ni edificios oficiales, una población escasa y una vida urbana mítica. Sin embargo, fue una elección de fuerte carga simbólica: en sus ruinas clásicas, y especialmente en la Acrópolis, el nuevo Estado quiso ver reflejada su identidad cultural y su aspiración de continuidad con el pasado glorioso. Atenas fue así reconstruida casi desde cero como capital moderna, inspirándose en los modelos neoclásicos europeos y con la mirada y el alma puestas en el mito de la Grecia clásica.
La «Gran Idea»
La conocida como «Gran Idea» fue el nombre que recibió el movimiento político y sentimiento nacional griego surgido a partir del nacionalismo griego de los siglos XIX y XX. Su fin era reunir a todos los griegos en un único Estado-nación, con capital en Constantinopla, y revivir el Imperio bizantino. Para ello reclamaba los territorios de Epiro, Tesalia, Macedonia, Tracia, las islas del Egeo, Creta, Chipre, parte de la península de Anatolia y Constantinopla.
Fue un término y concepto ideado por el primer ministro del rey Otón, Ioannis Kolettis, en 1844, y se convertiría en una idea constante que dominaría toda la política exterior de Grecia, así como la interior, durante varias décadas, de hecho, estuvo presente hasta la década de los 70 del siglo pasado. Aunque contaba con un gran apoyo social y político en el país, también hubo de enfrentarse a una oposición que la haría irrealizable de forma total –aunque sí se consiguieron ciertas anexiones territoriales sucesivas–. El Imperio otomano primero y más tarde Turquía frenarían su avance.
El primer triunfo aliado en Europa
El 28 de octubre de 1940, Grecia tuvo los bemoles de rechazar un ultimátum del régimen fascista del italiano Benito Mussolini. La respuesta sería inmediata: el ejército italiano invadió desde Albania. Sin embargo, contra todo pronóstico el ejército griego resistió y no solo detuvo a las fuerzas italianas, sino que las empujó de vuelta, invadiendo territorio albanés. Una victoria, conocida como el Día del No, que sería el primer triunfo militar de un país aliado en la Segunda Guerra Mundial y alentaría otros éxitos como la Invasión de Sicilia o la de Normandía, el celebérrimo Día D. La hazaña griega retrasó la ofensiva alemana en los Balcanes, alterando los planes estratégicos del Eje. Todo un hito nacional y símbolo del coraje frente a la tiranía totalitaria.
Pero las cosas no serían ni mucho menos fáciles. Tras el fallido intento de invasión de Grecia por parte de Italia en 1940, los alemanes ocuparon Grecia en abril de 1941 (en enero había muerto el general y político conservador y ortodoxo Ioannis Metaxás). Los germanos establecieron un gobierno títere, y la requisa de alimentos y el bloqueo naval británico ocasionaron una hambruna con miles de muertos. La resistencia, con el Frente de Liberación Nacional (EAM), liderado por el Partido Comunista (KKE) y su brazo militar, el Ejército Popular Helénico de Liberación (ELAS), consiguió crear un movimiento de masas, pero le choque con otros grupos derivaría en un estado de guerra civil que estalló tras la retirada alemana.
En octubre de 1944, Churchill y Stalin acordaron crear una esfera de influencia británica del 90% de Grecia a cambio de vía libre para los soviéticos en los Balcanes. El ELAS se retiró y disolvió, al no tener apoyo soviético, y llegó el llamado Terror Blanco, que consistió en la persecución de los asociados con la resistencia liderada por el Frente de Liberación Nacional. En 1946, nacía el Ejército Democrático de Grecia (DSE). Con el final de la guerra civil en 1949, y derrota del DSE, Grecia entraba en una nueva etapa dominada por la influencia estadounidense en el marco de la Guerra Fría. El país recibió ayuda del Plan Marshall y se convirtió en un bastión anticomunista en el Mediterráneo oriental.
En 1967 un golpe militar impuso una dictadura que suprimía las libertades y reprimía la oposición con brutalidad. La Junta Militar intentaba moldear una nueva identidad griega ultranacionalista y tradicionalista, pero generó un rechazo creciente tanto dentro como fuera del país. Su caída llegaba en 1974 tras el intento fallido de anexionar Chipre a Grecia, lo que provocaría la invasión turca de la isla. Dicho fracaso acabó con la dictadura y con la monarquía (el último rey de los griegos sería Constantino II), allanando el camino hacia una democracia plena.
He aquí el enlace para adquirir el libro en la web de la editorial:
https://aticodeloslibros.com/inicio/381-grecia.html
Y ADEMÁS:
Y el mejor complemento para conocer el esplendoroso pasado de Grecia, que sentó las bases de la democracia moderna y de Occidente tal y como lo conocemos, y cómo la nación helena ha llegado hasta el día de hoy a pesar de múltiples vicisitudes, también ha sido publicado por Ático de los Libros, lleva por título Los Griegos. Una historia global, y su autor es igualmente el laureado helenista Roderick Beaton.
Hace más de dos mil quinientos años, los griegos, encabezados por Atenas y Esparta, sentaron las bases de la ciencia, las artes, la política y el derecho modernos. Pero la influencia de los griegos no terminó con la caída de su civilización clásica. En esta historia completa de los griegos, Beaton nos sumerge en tres milenios y medio de fascinantes cambios, un periplo en el que descubriremos a uno de los pueblos más influyentes de la humanidad.
Desde la Grecia minoica y micénica, inspiración de los mitos y los héroes homéricos, llegaremos hasta el esplendor clásico del Partenón y la filosofía para cabalgar luego junto a Alejandro Magno en su conquista del mundo. Durante el Imperio romano, los griegos continuaron siendo una fuerza de primer orden, y el Imperio bizantino fue la gran potencia medieval. La caída de Constantinopla ante los turcos solo redujo en parte el poder de los griegos, y de entre sus filas salieron algunos de los administradores más exitosos del Imperio otomano, hasta que finalmente los helenos recuperaron su independencia. Hoy, tras un siglo xx marcado por traumas y desafíos, la historia de la Grecia moderna es también, como siempre lo ha sido, la de su diáspora, extendida por todo el mundo.
Fruto de décadas de investigación, esta es la apasionante historia de los griegos y su impacto global.


































































