El Asesino (Norma Editorial)

Norma Editorial publica los integrales de la serie El Asesino, de Matz y Jacamon, que ahora adapta a la pantalla grande David Fincher de la mano de Netflix. Una saga adrenalítica, con múltiples giros de guión, que muestra los límites de la maldad del ser humano y la corrupción que asola nuestro mundo «civilizado».

Por Óscar Herradón ©

He de decir que me encantan los integrales. Es una forma magnífica (y por la que cada vez apuestan más las editoriales) de sumergirse en una serie y darse un buen chute de ella, como si ves en streaming una serie que se emite al completo. A veces esperar cada capítulo (o cada entrega nueva de un cómic) es frustrante. Ahora, Norma Editorial lo hace con El Asesino, del que ya ha publicado dos tomos y está a punto de lanzar el tercero, una historia adrenalítica de asesinos y espías que está de absoluta actualidad porque ha inspirado la nueva y esperada película homónima de David Fincher (Seven, El Club de la Lucha), protagonizada por Michael Fassbender (Shame, Un método peligroso) bajo el todopoderoso paraguas de Netflix.

El protagonista de esta serie, que como buen liquidador/espía no tiene nombre, ejerce una profesión que exige paciencia, destreza y mucha sangre fría, y lo más importante: no dejar rastro. Ello le obliga a vivir como un lobo solitario, cumpliendo su oficio y los contratos que firma con turbios clientes sin dejar huella alguna de sus acciones. Un liquidador, un asesino, como reza el título, que realiza su profesión como otra cualquiera, aunque esta requiere mucha sangre derramada y una ausencia total de compasión.

25 años de éxito

Esta vertiginosa saga que se publicó por primera vez en 1998 de la mano de Casterman, viene firmada por el guionista Matz, quien ha adaptado al cómic, entre otros, Adiós Muchachos y La Dalia Negra, y el artista Luc Jacamon, quien obtuvo en un lejano 1986 el premio Alfred Étudiant otorgado por el Salón de Angoulême a jóvenes promesas. Hoy Jacamon hace mucho que no es una joven promesa, sino un artista consagrado del noveno arte. Prueba de ello es esta saga elogiada por crítica y público en numerosos países. Su dibujo es limpio, de trazo grueso y muy detallado, como en toda buena historia europea, aunque a lo largo de las páginas de estos dos primeros integrales se evidencia un gusto por la experimentación en alguna de sus páginas –o simplemente en una viñeta– que distan mucho de un trabajo de bande dessinée al uso.

El personaje evoluciona de forma sorprendente a lo largo de la historia, con un guión eficaz e imaginativo (aunque en ocasiones algo enrevesado) firmado por Matz, en el que se intercalan también complejas tramas políticas y se evidencia la corrupción de las altas esferas. En definitiva, una serie que uno debe leer antes de  disfrutar de su adaptación por el gigante Netflix con otro gigante del cine tras las cámaras. Deseando hincarle el diente al tercer volumen.