Contrition (Norma Editorial)

Con este post recomendamos en el Pandemónium uno de los últimos títulos lanzados por Norma Editorial, una novela gráfica cruda y desasosegante, pero que atrapa con fuerza al lector y que aborda delicados temas a través de una trama llena de giros inesperados, un auténtico noir en viñetas que demuestra el gran nivel del noveno arte patrio actual.

Óscar Herradón ©

Esta semana he tenido el placer de sumergirme en una de las últimas novedades de Norma Editorial, Contrition, y lo primero que he de decir es que no te deja indiferente. Conforme avanza la trama a través de las páginas de un thriller absorbente y oscuro, más ganas tienes de continuar leyendo, pero penetras en un sórdido universo que no es para todos los públicos, tratado por sus autores con una sutileza notable que recuerda a lo que en 2022 hizo en la pantalla grande Carlos Vermut con Mantícora.

Firmado por Carlos Portela y Keko, es un viaje sin retorno a la podredumbre de la sociedad, a la marginalidad y a aquello que intentamos pensar que no existe, a pesar de ser una persistente realidad. Los personajes que caminan por sus páginas son antiguos pedófilos, pederastas, gentes que cualquiera de nosotros querría hacer desaparecer pero que al final, cumplida su condena, han de vivir en la sociedad, una sociedad que como es lógico los menosprecia, pero a su vez ha de velar por su seguridad. ¿Qué sucede entonces cuando uno de estos individuos es víctima de un crimen? ¿Cómo se comportan las autoridades ante su desaparición?

Un viaje a las tinieblas de la sociedad

Contrición (traducción al español de Contrition) en la teología cristiana es y se da en el sacramento de la penitencia, y la RAE define el término como «arrepentimiento por haber obrado en desacuerdo con la voluntad de Dios y propósito de no volver a actuar mal en adelante». Sus autores no podían haber elegido un título mejor por su doble sentido, aunque en la historia realmente responde a una localidad perdida en el condado de Palm Beach, en Florida, donde muchos ex convictos por delitos sexuales viven apartados de la sociedad en base a las duras leyes del Estado, parias marginados del mundo que no obstante son señalados: en las puertas de sus casas un cartel de la administración advierte que allí reside un depredador sexual.

Con un pulso narrativo envidiable, trazos en blanco y negro (con un fuerte predominio del tono oscuro y las sombras) que encajan a la perfección con la naturaleza de lo narrado, en Contrition, con este incómodo marco narrativo como escenario, comenzará una historia de venganza y redención, un thriller lleno de giros (Portela demuestra ser un maestro en este punto) que no decae ni un segundo hasta su –inesperado– desenlace.

Uno de estos delincuentes sexuales, Christian Nowak, muere durante un fuego en su casa, y mientras las autoridades determinan que todo se debe a un accidente, la infatigable periodista de investigación local Marcia (una mujer empoderada que debe compaginar, no sin dificultades, su trabajo con su vida familiar) descubrirá que hay algo más: el cadáver calcinado parece corresponder al de otra persona. ¿De quién se trata? ¿Dónde está entonces el temido pederasta?

Sin duda, una de las mejores novelas gráficas españolas de lo que llevamos de este 2023, una historia en la que salen a la palestra cuestiones metafísicas de gran complejidad y otras morales que el ser humano prefiere seguir ignorando: ¿es el mal algo inherente únicamente a descarriados, pervertidos, psicópatas, sádicos o asesinos o late dentro de todos nosotros? Además de abordar un delicado asunto, como es el de preguntarse si estos individuos tienen derecho a la reinserción (está claro que según la sociedad no, pues aunque cumplan la condena judicial, jamás se librarán de ella, pues como escribe en el exquisito prólogo Antonio Altarriba, la etiqueta de «depredador sexual» les acompañará a donde quiera que vayan), por las páginas de Contrition planean otros temas de absoluta actualidad como el bullying, el ciberacoso o los límites de la libertad de expresión.

A su vez, la novela gráfica plantea algo arriesgado como difícil de responder: ¿es posible la redención, incluso cuando el que la busca está muy cerca de ser un monstruo?

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